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Introducción de la corriente de Educación Clásica en España

Posgrado en Educación Clásica y Humanidades

La Fundación CLE es una organización de ámbito nacional y sin ánimo de lucro que apunta, entre otros fines, a la difusión e implantación de un modelo de educación de inspiración clásica basado en la filosofía educativa clásico-realista que resalta la importancia del asombro y de la transmisión del saber y de la cultura. Ese modelo se orienta al crecimiento personal de los alumnos y de toda la comunidad educativa, todo ello, desde un enfoque teleológico (ni mecanicista, ni constructivista).

Como parte de sus actividades, la Fundación CLE ofrecerá en 2024 un curso de Posgrado en Educación Clásica y Humanidades.

Programas formativos

  • En Madrid
  • Presencial
  • 180 horas de clase
  • Durante dos años
  • A tiempo parcial (una vez al mes)
  • Más de 35 profesores y catedráticos de primer nivel de ámbito internacional
  • 30 plazas para maestros, profesores, directores de colegios, padres y profesionales
  • 183 euros / mes *
  • Con descuento por familia numerosa, becas y posibilidades de financiación

Coyuntura en la que se plantea el posgrado

El Posgrado ofrecido por la Fundación CLE surge en un contexto educativo español caracterizado por: 

  • Una fiebre generalizada por la innovación como símbolo de progreso y modernidad y por métodos que no están basados en las evidencias científicas.
  • La uniformidad de la oferta en la escuela concertada y privada debido a los criterios de los ránquines educativos.

Una reforma educativa que se caracteriza por lo siguiente:

  • Bajada generalizada del nivel educativo y devaluación del esfuerzo y del mérito.
  • Promoción de igualdad de resultados, no de oportunidades.
  • Devaluación del conocimiento a favor de un enfoque competencial.
  • Eliminación de los indicadores objetivos de medición del aprendizaje.
  • El alumno, al “llevar en sí la semilla del aprendizaje”, construye su aprendizaje.
  • El sentimiento y las emociones son la vara de medir de la realidad, por lo que su papel está sobredimensionado.
  • Predomina el uso de las pantallas y un activismo pedagógico en todos los cursos escolares; lo que motiva es la actividad externa (estímulos frecuentes e intermitentes), no interna.
  • El fin de la educación es amoldar al alumno para que encaje en un proyecto social y político.
  • La ignorancia tiende a convertirse en un valor social.

Un mundo cada vez más tecnocrático y ultra especializado que da valor a las destrezas y a las competencias técnicas, pero que ha perdido de vista la unidad de los saberes, especialmente los que nos remiten a lo que significa ser humano.

Un mundo educativo que ha dejado de ser guardián de lo mejor de los saberes heredados en Occidente durante siglos.

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